Los problemas son algo inevitable en la vida de todo ser humano. Independiente de su intensidad los problemas nos marcan haciéndonos aprender y mejorar y creando para cada uno lo que conocemos como experiencia. Todo avance, progreso o reto de cualquier índole pasa por etapas en las cuales las experiencias previas nos hacen ir superando los nuevos obstáculos para seguir adelante.

Algunas veces se nos presentan situaciones que pensamos que son muy grandes, pero ¿Esto nos da derecho a rendirnos? NO, el único derecho y deber para con nosotros y los que nos quieren es el seguir luchando, buscando y trabajando duro para lograr y alcanzar nuestras metas. Es fácil decir Dios Proveerá y quedarnos sentados esperando que pase algo, pero no va a pasar nada, por más que Dios quiera, si no te mueves, si no te levantas y buscas la manera de salir de tus problemas.

El apoyo de familiares y amigos es fundamental, pero la iniciativa y voluntad personal nadie te la puede dar, solo tú, tu tenacidad, tu empeño y tu planificación pueden hacer que el cambio llegue, que el cambio ocurra.

Hay personas que viven en su zona de confort, en esa área donde no se toman riesgos, donde se renuncia a tomar iniciativas y hacer los cambios necesarios para que las cosas pasen. Y aunque las cosas no vayan bien nos sentimos cómodos, seguros y protegidos Si se quiere un cambio o eliminar un problema esta zona es justo lo que hay que romper.

Salir y ampliar nuestra zona de confort implica tomar riesgos y aprender a sentirnos cómodos con el riesgo, enfrentar tareas cada vez más difíciles y actividades más complejas que nos lleven al camino del éxito y al triunfo que merecemos. Por supuesto que habrá momentos en los que sentiremos decaimiento, soledad y falta de motivación pero es ahí donde tenemos que esforzarnos en buscar en nuestro interior la luz de nuestros sueños y metas, visualizarlos y así tomar fuerza para seguir adelante y lograr lo que nos hemos trazado.

El conformista solo espera a que los problemas desaparezcan o que otros los resuelvan pero eso no te llevara a la consolidación de tus sueños. Enfrentarse a los problemas y romper el área de confort no es fácil y requiere disciplina y trabajo pero los resultados suelen ser más dulces que la miel.

Comenzar un negocio, consolidar una idea o buscar una salida está en nuestras manos y se inicia y termina con uno mismo. Comienza poniendo claridad en lo que quieres: escribiendo lo que quieres hacer, ponte metas a corto y largo plazo, busca información y comienza a moverte. Solo tú puedes hacer el cambio nadie más lo hará por ti.

Expandir tu zona de confort te dará más seguridad y hará que más temprano que tarde consigamos transformar esos sueños, que todos tenemos, en realidad. Tú estás en control y los límites los pones tú.

¿Sabes que es lo más difícil para alcanzar la cima del Everest? Dar el primer paso. Adelante si se puede, atrévete a soñar y lucha para conseguirlo.

 

Con mucho cariño :

 

Triny

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